Cada 50 años festejaban un ritual para agradecer al Dragón que protegía el bosque donde vivían. Un mes antes, el Sacerdote elegía con magia dos ofrendas llamadas «Pecado» e «Inocencia». Arwen se sentía digna de ser «Inocencia» y, cuando supo quién sería «Pecado», se alegró mucho, pues era alguien despreciado por todos. Sin embargo, aunque ella no lo supiera, el Dragón sabría bien a quién correspondía cada papel, quién moriría y quién viviría para servirle.
FIN
Fotografía de imagen destacada de Daria Shevtsova en Pexels.
que bello que escribes
Yo vivo en Miami y te dejo un abrazo escritora
¡Muchas gracias por tu comentario, Mucha!
Hola! Te seguía en tu otro blog, Writer dreamer (o algo asi), antes me llamaba Penguin jaja. Bueno me alegra ver que mejoraste un montón, volví a Blogger para curiosear y escribir de nuevo, y me dio tanta nostalgia encontrar a la gente que seguía antes 😅
Me gustó el cuento, espero seguir leyendo obras tuyas pronto.
Saludos!
¡Hola, Violet! ¡Tanto tiempo! Me alegra que me hayas encontrado de nuevo y ver que has retomado bloguear. Se siente muy lindo reencontrarse con personas con las que blogueaba hace añares. Enseguida me estaré pasado por tu nuevo blog a leerte.
También, me alegra que te gustara el cuento, pronto estaré publicando nuevas historias por aquí (que me desaparecí por otro proyecto literario).
¡Muchas gracias por tu comentario! Te dese un precioso día.
Abrazos grandes.
Una buena historia con pocas palabras.
Gracias por tu comentario, Demiurgo.